Reconocido popularmente como ‘la máquina de escribir’, el edificio de departamentos residenciales ubicado en la esquina de la calle Saavedra frente al Boulevard Marítimo Patricio Peralta Ramos, en la ciudad costera de Mar del Plata, Argentina, aborda la arquitectura moderna internacional en el particular contexto social argentino de principios de la década de 1960.
Construido por el arquitecto catalán Antoni Bonet i Castellana, incorpora el movimiento moderno latinoamericano funcional a partir de la necesidad de comprender a la arquitectura como una herramienta de transformación social.
El proyecto se sitúa en el frente marítimo de Mar del Plata, que había modificado su perfil social a partir de un período de movilidad popular en el contexto del mandato del presidente Juan Domingo Perón. La población de los sectores populares y medios pudieron acceder a una ciudad que desde sus comienzos era considerada como un destino turístico para la aristocracia de la Ciudad de Buenos Aires.
A fines de la década de 1950 se evidencia un proceso de renovación urbana, las antiguas mansiones y chalets que caracterizaban el sector costero fueron vendidas y en sus terrenos se comenzaron a construir edificios de departamento para el turismo y veraneo. En este contexto, la propuesta de Antonio Bonet introduce un diferente modelo de vivienda colectiva en la producción local argentina.
El autor del proyecto integraba el Grupo Austral, que se consideraba como la única delegación legítima de los CIAM en la Argentina. Su concepción de los postulados de Le Corbusier se evidencia en la genealogía presente en el proyecto del Terrace Palace con el proyecto Lotissement Durand, Oued Ouchaia, del arquitecto suizo-francés.
El diseño pretendía acompañar la topografía del paisaje -que presenta una pendiente hacia el mar- mediante una forma en fachada de jardín escalonado. El motivo de establecer una diferencia en la fachada, una retracción a medida que el edificio se eleva, es asegurar que todos los departamentos cuenten con una adecuada iluminación, una extensión al aire libre, y que el cono de sombra del edificio sobre la playa sea el menor posible.
La construcción fue abordada por la empresa de Dante Bernasconi entre los años 1957 y 1958, inaugurando la primera etapa el 2 de enero de 1960. El proyecto presenta un orden compositivo modulado, propio del estilo moderno, y una variedad de componentes formales entre los que se destacan los parasoles y las losas de hormigón en planta baja.
El edificio está configurado por 40 unidades residenciales. que se distribuyen en 8 niveles y que se retraen desde la línea municipal de edificación. Todos los departamentos están ubicados perpendicularmente al frente costero y del edificio. La planta baja se presenta como un gran espacio de recepción con abundante vegetación desde el cuál se ingresa a un hall principal vidriado.
En un comienzo los departamentos tenían terrazas comprendidas como jardines, lo que se evidencia en los avisos de venta de las unidades hacia 1960: “aproveche los jardines flotantes frente al mar”, pero debido a las condiciones climáticas debieron ser reemplazadas por baldosas tradiciones. A pesar de esto, las expansiones al aire libre cuentan con espacios de calidad y vistas hacia el océano atlántico que quedan encerradas por las configuraciones de los parasoles.
El edificio está declarado como Monumento Histórico Nacional y cuenta con premios por su preservación patrimonial respecto a la arquitectura moderna. Actualmente, el Terrace Palace se considera como una obra que reflexiona acerca del paisaje urbano-costero de la ciudad, brindando un ejemplo sobre cómo respetar el entorno marítimo en Mar del Plata.